Se acabó ser Cenicienta

05.04.2019

A veces se necesitan charlas curativas con las amigas. Si, ese tipo de charlas en el que te desahogas y no dejas vivo a ningún ser de la tierra; una conversación en la que de repente te quitas kilos y te desinflas, incluso lloras para soltar todo lo acumulado. Te quitas esa mochila que llevabas a la espalda llena de granitos de arena y que ya pesaba demasiado.

Llegamos a varias conclusiones: que estamos hartas de muchas cosas y que, ya está bien de ser Cenicientas. Que queremos ser nosotras mismas, sentirnos guapas, elegantes. Hemos decidido dejar a la comodidad y volver a ser las chicas que éramos, con mas madurez y más años, pero esa mujer que llevamos dentro. Cuidarnos y mimarnos a nosotras mismas.

Como nos resulta muy complicado cambiar el mundo de repente, vamos a empezar por nosotras:

  • Vamos a quitarnos las zapatillas de andar por casa y nos vamos a subir a unos tacones para ir aunque sea a por el pan.
  • Vamos a dedicarnos 5 minutos al día para mirarnos al espejo, depilarnos las cejas, alisarnos el pelo o hacer aquello que nos apetezca.
  • Vamos a poner color a nuestras mejillas aunque vayamos a quedarnos en casa.
  • Vamos a hacer todo lo que sea por sentirnos bien con nosotras mismas: arreglarnos, cuidarnos... ¿si no lo hacemos nosotras, quién lo va a hacer?
  • Voy a dejar de mirar a esas Súper mamás que van siempre divinas de la muerte y a mirar con orgullo mis manchas de baba, leche o cualquier cosa que mis hijos decidan echarme en la ropa porque yo también soy una Super Mamá con o sin manchas.

Prometo estrenar esos zapatos de cenicienta que me regalé ( si, me encanta hacerme regalos) y enseñaros lo bien que me quedan.

Se acabó ser siempre Cenicienta, ahora también soy mi propia Hada Madrina.

© 2019 El Blog de Beatriz Cuesta. Todos los derechos reservados.
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar